Hay dos tipos de personas: “las que matan” y “las que se dejan matar”
Una portada y contraportada preciosas (en su estilo, pero preciosas al fin y al cabo).
En fin, el manga se centra en dos estudiantes a los que, por casualidades de la vida (sí casualidades… todo un misterio) les rodea un extraño ambiente repleto de muertes, descuartizamientos, etc.
El primer “caso” muestra como uno de los profesores de la escuela donde Yoru Morino e Itsuki Kamiyama estudian, tiene una extraña afición como coleccionista de manos.
El segundo capítulo, ilustrado con alguna escena sacada de algún libro de anatomía (risas), muestra como Yoru, por esas “casualidades” se encuentra con una especie de agenda-diario donde uno de los tantos perturbados de la sociedad se dedica a escribir todo lo que hace en su “tiempo libre”.
El tercero, para no variar ese ambiente gore al que ya nos hemos acostumbrado, expica como otro cívico ciudadano se dedica a sepultar a la gente y mediante un cáñamo va matando a sus conciudadanos.
Esto está cogiendo ritmo ehh… Vale, pues al cuarto capítulo que vamos. En esta ocasión, se explica la infancia de Morino y de su hermana gemela, quien murió (¿sorpresa?) jugando a ahorcarse (si ya lo digo yo, estos críos son asesinos natos, sólo hace falta darse media vuelta…). El cuarto y quinto (los únicos que tienen un “enlace”) son los que más se centran en los protagonistas. En ellos, mientras se desarrolla el pasado de Morino, se narra paralelamente otra problemática cuando la chica es secuestrada.
Bien, no diré más que si no pierde la gracia. En todo caso, lo que queda bastante claro es que Yoru tiende a meterse en problemas (las feromonas…) y que Itsuki pese a ser el protagonista masculino, tiene más pinta de ser el “malo de la peli” que el bueno (y ya se verá sino…). Además ese extraño juego de la oveja y el lobo… Si está claro que las feromonas de Yoru son poderosas, preguntádselo a Itsuki (risas).
En fin, es un manga que hacía tiempo que buscaba y cuando al final me decidí a comprarlo no me decepcionó del todo. Me gusta bastante y así salgo un poco del típico shôjo rosa, que ciertamente cansa mucho, y me acostumbro a leer algo diferente (estaría bien que bajasen el precio de MPDpsycho, que con esos precios no hay quien se los compre los tomitos…).
El dibujo, que antes no lo he mencionado, es algo que me encanta y el juego que hacen con el negro y el blanco para crear ambiente y tal, me atrae bastante.
La historia no está mal, pero yo le habría agregado un tomito más, que a lo tonto a lo tonto me he quedado con ganas de ver más cositas, y quizás se me corta demasiado eso de tener los primeros capítulos como historias separadas sin “seguimiento” (sí, sé que no me explico bien), y que “de repente” se explique en dos capitulillos de nada el caso Morino, para acabarse de sopetón. Realmente me habría encantado que hubiera algún capítulo más explicando la relación Yoru-Kamiyama y que se hubiese explicado algo más de este último.
Pues bueno, historia -creo yo- que bastante recomendable.
Y ahora, me voy a barrer mi casa que falta le hace U_U’